Bienvenido

Bienvenid@ a mi blog personal. Deseo que disfrutes mucho de sus contenidos y que te sea útil.

jueves, 21 de julio de 2011

Romance melancólico en París

Eran las 10 de la noche. Yo me encontraba sentada sobre mi cama, en mi estudio de París, observando la torre Eiffel mientras caía suavemente la nieve sobre ella. Se encontraba iluminada, aunque la única iluminación que había a su alrededor aparte de la suya era la débil luz de las antiguas farolas parisinas. La luna, junto a las estrellas, iluminaba a una pareja que se besaba apasionadamente bajo la nieve. Entonces es cuando me acordé de él, de las pocas tardes que había pasado con él allí, también besándome con él bajo la nieve. Recordé sus frías manos, heladas por el frío, sus calientes labios, que a su vez calentaba los míos, sus brazos que sin palabras afirmaban que yo era suya y sólo suya y que no me dejarían marchar jamás, su cuerpo en sí, que no quería separarse del mío, sus ojos que me pedían con su mirada que no le dejara marchar o que me fuera con él hasta el fin del mundo. Lágrimas empezaron a recorrer mi cara y a resbalarse por mis mejillas. Él me seguía amando y yo a él, sólo nos separaban unos kilómetros y, aunque yo supiera que dentro de unos meses nos volveríamos a ver, estaba triste porque lo echaba de menos. Entonces,  miré las estrellas y escuché la sonrisa inocente de un niño y, seguidamente, observé cómo un niño rubio con capa jugaba con un zorro bajo la torre. Entonces me di cuenta de quién era: el principito. Y también recordé cuánto el principito amaba a su rosa, igual que yo a la mía. Poco a poco el principito y el zorro desvanecieron y me di cuenta de que era un truco de mi imaginación y decidí escribirle una carta a mi rosa recordándole cuánto le amaba. Pocos días después, recibí una corta contestación: "te amo y te amaré siempre. Eres la luz más bella que ilumina mi vida. Cásate conmigo".

No hay comentarios:

Publicar un comentario